Quiero compartir con vosotros una reflexión bastante personal…algo que he estado pensando estos días al hacer balance del año…que nosotros existamos y podamos dedicarnos a esto es un milagro, un milagro que hacéis posible los que nos seguís y compráis nuestras cosas, un pequeño y a la vez inmenso milagro en este mundo globalizado de grandes corporaciones. A veces paseando veo los escaparates de las grande firmas de ropa Low-Cost y me quedo alucinada, alucino con los diseños, alucino con los precios, alucino con todo…y pienso en que esa es nuestra competencia, y es una competencia de mil gigantes contra una hormiga… cada día vosotr@s decidís si compráis ese regalo ahí en esas tiendas abarrotadas de cosas baratas o si nos compráis a nosotros o a algún otro pequeño diseñador… y cuando hacéis esa elección nos permitís vivir, nos ayudáis a mantener a nuestra familia y nos ayudáis a seguir diseñando, pero además permitís que exista otro modelo, que haya un resquicio para hacer las cosas de otra forma. Nuestros precios son más elevados (y los que nos compráis lo hacéis haciendo un esfuerzo grande), pero os aseguro que nuestros márgenes son muy pequeños, los justos para poder seguir viviendo de esto, hacemos un milagro compitiendo con las multinacionales más millonarias del planeta, que pueden pagar a los mejores diseñadores, que pagan viajes a las pasarelas de todo el mundo, que compran prendas de las mejores marcas y las estudian, que tiene equipos inmensos de los creativos mejores haciendo publicidad e imagen, equipos de coolhunting, estudios de mercado… que además fabrican en lugares donde no hay derechos de los trabajadores ni sueldos justos, ni seguridad social, donde no hay leyes medioambientales…lugares donde sus productos pueden ser fabricados por una cantidad de dinero ínfima (y si no consiguen ese precio marchan a otro sitio que les ofrezca mejor precio con sus inmensas producciones). Nosotros luchamos contra eso y me parece un milagro que lo consigamos. Fabricamos localmente, con talleres a los que conocemos hace años, con los que tenemos un vínculo emocional muy fuerte, talleres pequeños que pagan sueldos justos a sus empleados, que tienen vacaciones como nos gusta tener a todos los que trabajamos duro, que tienen derechos laborales que tanto esfuerzo les costó a nuestros antepasados conseguir en Europa… obviamente todo eso tiene un coste que repercute en el precio de nuestros productos. Hacer una prenda es mucho trabajo, son horas y horas… y por eso nuestras prendas no pueden competir en precio con quien paga 70€ al mes a sus empleados. Pero hay algo que nosotros tenemos y ellos no, algo que vosotros valoráis y apreciáis y nos emociona, nuestra ropa tiene ALMA y ese ALMA es algo que todos esos gigantes no pueden comprar y que sus prendas jamás podrán tener. Nosotros creamos cada prenda en un proceso lento, personal, lleno de emoción, con historias que tratamos de comunicar en cada colección, con mensajes sobre cómo queremos que sea el mundo, tratando de aportar belleza a la vida cotidiana. Y entendemos que no se puede crear belleza si el proceso no es igualmente bello. Hacer las cosas con el corazón, de forma ética y honesta es lo más hermoso que os podemos ofrecer. Gracias por entenderlo, que sigamos aquí después de casi veinte años con LCDW significa que todavía el ALMA importa mucho, mil gracias de corazón. Estoy emocionada escribiendo esto…. Gracias